En un InstaLive organizado por Acción Solidaria, del Hogar de Cristo, la co-coordinadora de Ahora Nos Toca Participar comentó acerca de la última investigación de la entidad: “Miradas para la inclusión”, un documento que recoge las prácticas y testimonios de participación de los grupos históricamente excluidos, como mujeres y pueblos indígenas, entre otros. Aquí te contamos más.
Por María Luisa Galán
“A propósito del escenario pandémico que nos tocó vivir a pocos meses de comenzar la implementación del Ahora Nos Toca Participar (ANTP) y el desafío que nos impuso la virtualidad, nos alejamos un poco de los grupos específicos a los que queríamos llegar, donde había un fuerte componente de encuentro presencial. Por eso, este trabajo nos tiene súper contentos”, comenta Marcela Guillibrand, co-coordinadora de ANTP, acerca del manual “Miradas para la Inclusión” en ConversaDorapp, un espacio de conversación vía streamimg organizado por Acción Solidaria del Hogar de Cristo.
ANTP es una articulación de organizaciones de la sociedad civil que nació tras el 18 de octubre del 2019, al alero de la Red Nuevo Pacto Social, que reúne a más de 750 agrupaciones sin fines de lucro. Desde entonces, ANTP ha trabajado por la formación y participación ciudadana en casi todo el país. Hogar de Cristo, con su extensa presencia nacional, se unió a esta iniciativa para acompañar a sus participantes en este proceso constituyente.
Una de las principales tareas y la misión de ANTP es su compromiso por la inclusión de los grupos más vulnerados en sus derechos y, por lo mismo, con menor voz y voto. Por eso, y gracias a la colaboración de la Fundación Friederich Ebert (FES), se realizó una investigación enfocada en esta población históricamente excluida. El estudio finalizó con un documento titulado “Miradas para la Inclusión”, que recoge experiencias y testimonios de mujeres, de personas LGBT+ (que engloba a la diversidad sexual y de género), migrantes, niños y adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, privadas de libertad y de pueblos indígenas.
“Hicimos una investigación a través de encuentros de conversación con los distintos grupos para poder sacar algunas conclusiones de por qué se han sentido y han dejado de participar y cómo se han ido desencantando de la institucionalidad. En la conversación con estos grupos vimos una oportunidad junto con a la FES de tener un texto que permita mirar el tema en profundidad y sacar algunas lecciones y no volver a cometer los mismos errores y proponer algunos cambios más profundos y estructurales para la participación en el país”, argumentó Marcela, mientras conversaba con Claudio Azócar, periodista de Acción Solidaria.
Una de las riquezas del documento es su contenido testimonial, como esta reflexión de un grupo de adultos mayores. “Muchos desconocían el hecho de no tener un simple Internet, el hecho de no tener un teléfono que nos pueda comunicar de esta forma. Son estas desigualdades que duelen el corazón. Que haya adultos mayores que no tengan que comer y tengan que ir a una olla común. Todos los gobiernos nos han tratado como muebles inservibles”. O esta otra opinión de parte de un representante de un pueblo originario: “No somos un pueblo indígena (selknam) con derecho a voto porque no estamos en la ley, independiente de que estemos organizados a través de una corporación. Nuestro derecho a la participación es casi nulo y muy accidentado. No tenemos posibilidad de incidir en nuestros temas, ni siquiera en los que trabajamos, como la salud. La participación termina siendo siempre muy simbólica”.
“Quisimos poner de manifiesto en el Manual la conversación que tuvimos con ellos, que pueden contener reflexiones muy de Perogrullo o mínimas para algunos sectores, pero son sentires de estas personas con las que compartimos a diario en los distintos espacios. Ellos se sienten excluidos de la escucha y de la toma de decisiones. Eso mezclado con un sistema que hemos ido avalando, que elegimos a través de la participación electoral y nos hemos alejado de dar seguimiento a cómo ellos y ellas ejercen este poder y autoridad, dejando en sus manos la toma de decisiones. El proceso constituyente nos da la oportunidad de retomar ese lugar de reflexión y de acción, no sólo a través de la participación electoral que es el voto”, dijo Marcela sobre el documento que puede ser descargado del sitio de ANTP www.ahoranostocaparticipar.cl
El Manual tiene 72 páginas, donde además de testimonios, recoge las prácticas de participación de estos grupos excluidos. Al cierre de la investigación se concluye: “Ver, conocer, valorar, (in)formar, adaptar, incluir, empoderar. Estos son algunos de los pasos que el Estado de Chile debe dar en su recorrido para hacer de nuestro sistema uno que acoja y no excluya, uno que vea y no ignore. Sabemos que para que esto suceda, debemos desde la ciudadanía y desde la sociedad civil empujar para correr los cercos. Si bien el desafío es enorme, tenemos la oportunidad histórica de hacer cambios profundos y duraderos a través de la redacción de una nueva Constitución para nuestro país”.
Marcela Guillibrand concluye: “Chile, en lo legal, ha firmado todos los tratados internacionales, pero no ha hecho seguimiento ni cumplimiento de estos acuerdos. Lo vemos en la política pública, en las leyes que muchas salen por presión social asociadas a luchas históricas, pero también desde una mirada más social a propósito de la reivindicación de derechos que hoy está más efervescente y evidente. Basta ver las manifestaciones en las calles o lo que se habla en las redes sociales. Desde ANTP nos sumamos a mirar esta vulneración de derechos desde una perspectiva de acción y recuperar la garantía. Creemos que el proceso constituyente nos da esa oportunidad. Dicen que no hay que poner tanta esperanza en el proceso constituyente, que la Constitución no nos va a dar todo, sin embargo creemos que sí es una primera puerta para relacionarnos de una forma distinta con el poder y visibilizar las luchas de estos grupos de una forma más estructural”.
