Luis Ossa, director de Acción Solidaria: “Más que esperar ayuda estatal, hay gran proactividad frente a la dificultad”

El psicólogo lleva 25 años trabajando en temas de pobreza y exclusión. Aquí describe el perfil de las cocinas comunitarias, más conocidas como ollas comunes, que se activaron en todo Chile a raíz de la pandemia y que Hogar de Cristo apoyó. “Las cocinas son una respuesta de la propia comunidad ante una dificultad que enfrentan sus vecinos”, dice.

Por María Teresa Villafrade

En la última reunión por zoom de Acción Solidaria con las cerca de 70 ollas comunes a lo largo del país que fueron apoyadas como parte del trabajo conjunto de Chile Comparte durante la pandemia, se notó mucho agradecimiento y ganas de seguir reforzando los liderazgos comunitarios que surgieron a raíz de la crisis socio-sanitaria del COVID-19.

David Maturana, desde su faena en Antofagasta, cuenta que quiere pasar de la olla común Auka –que significa “no sometido – a las escuelas populares para enseñar a los jóvenes oficios como soldadura, gasfitería, electricidad, carpintería… “Acá se nos metió la droga y nadie hace nada por estos jóvenes”, explica.

José Bonitto, desde Quintero, cuenta que sumaron paramédicos como voluntarios para ya no sólo llevar almuerzos a las casas de los adultos mayores más vulnerables de la zona, sino también apoyarlos en el cuidado de su salud.

Gladys Videla, de la Olla Común Puente Cancha, Elisa Vergara de La Ollita Solidaria de Maipú, La Olla Móvil de La Ligua, el Comedor Solidario de Batuco, el Comedor Abierto de Loncoche, la Olla Común Juventud Mackenna en Concepción, fueron algunas de las que dimos a conocer en nuestra web. Cada una relató sus experiencias cuando se cumplió ya un año desde el inicio de la pandemia en Chile.  Y el denominador común es que todos desean continuar realizando una labor solidaria porque las necesidades siguen siendo muchas en sus barrios y comunas.

Luis Ossa, director de Acción Solidaria de Hogar de Cristo, revela que su labor ha sido siempre apoyar a los líderes comunitarios y a sus organizaciones, brindándoles una serie de alternativas para que puedan mejorar su trabajo y su gestión.

Sin embargo, a través de distintas agrupaciones como Red de Alimentos o campañas como la de Chile Comparte se fueron articulando donaciones y recursos económicos, lo que permitió que cualquier organización vinculada a la red solidaria del Hogar de Cristo pudiera beneficiarse. “Desde esa perspectiva, trabajamos con más de 150 organizaciones a nivel nacional y el año pasado, fruto de la pandemia y del complejo momento socioeconómico y sanitario, se incorporó esta nueva área de cocinas comunitarias. Y si bien el dinero recaudado en la campaña Chile Comparte ya se terminó, seguiremos fortaleciendo a las organizaciones comunitarias desde distintos ámbitos”.

PERFIL DE LAS COCINAS COMUNITARIAS

Fueron en total 70 cocinas comunitarias –ahora son 40– a las que Acción Solidaria entregó más de 210 mil raciones de comida beneficiando a más de 14 mil personas. Siete de cada 10 cocinas son lideradas por mujeres y se abastecen con donaciones principalmente de sus propios vecinos.

El equipo lo conforman seis o más personas y se entregan entre 100 a 300 raciones diarias. Los lugares de preparación son centros comunitarios, iglesias y casas de vecinos. Seis de cada 10 cocinas entregan alimentación de 3 a 7 días a la semana y se ayuda principalmente a las personas cesantes, adultos mayores y enfermos de COVID-19.

“A esto le sumamos los elementos de protección personal y protocolos que compartimos porque acá se busca no solo resolver un problema alimenticio, sino fortalecer esas respuestas que la propia comunidad da. Nos interesa mucho fortalecer la organización comunitaria para que puedan resolver sus problemas, porque no todos están viviendo carencia alimenticia, pero sí tienen otros males que los aquejan”, explica Ossa.

La diversidad es enorme, hay algunas que en realidad son vecinas y familiares que desde su propia cocina comenzaron a dar almuerzos a 40 personas, otros se instalaron en el estacionamiento de edificios sociales. “Entonces cuando uno les preguntaba por el apoyo que necesitaban, nos dijeron que querían un toldo porque en pleno verano funcionaban a todo sol”.

Otro dato curioso: una de cada tres participantes contó que era la primera vez que se involucraba. “Nos impresionó mucho que un tercio, casi un 30%, nunca antes había liderado una organización, empezaron cocinando para 10 pero terminaron con más de 100 personas y no estamos hablando de un mes sino de 5, 6, meses, un año. La gente se está organizando y eso es un valor gigante. Cuando les preguntamos si se sienten valoradas en la comunidad, respondieron que sí. Se generaron nuevos liderazgos y se distribuyeron en los roles. Esto es crear un mayor tejido social”.

Terminada la pandemia, Ossa cree que es muy probable que muchos de estos comedores que están atendiendo 2, 4 o más días a la semana, disminuyan quizás su actividad a una vez por semana o se concentren en personas en situación de calle, adultos mayores y personas enfermas. “La comunidad siempre se organiza para resolver de manera autónoma sus problemas, eso rompe con un prejuicio que existe y que dice que la gente está esperando que le lleguen las ayudas del Estado, desde nuestra experiencia esto no es así; al contrario, lo que más hay es proactividad ante la dificultad”.

-¿Cuáles son los planes de Acción Solidaria para este 2021?

-Seguiremos articulándonos con muchas redes y organizaciones para poder generar nuevas posibilidades de donaciones y recursos, pues queremos acompañar a estos líderes desde la propuesta que tenemos en Acción Solidaria, que en el fondo es generar encuentros entre líderes sociales para se conozcan. Tenemos una serie de propuestas donde pueden compartir sus experiencias, un líder que está partiendo va a tener conversaciones con otros que ya tienen más experiencia en distintas crisis sociales, desde la década del 80 con las primeras iniciativas de ollas comunes, en terremotos, incendios, en fin. Hay líderes que tienen experiencia en generar soluciones en emergencia para las crisis y nosotros tratamos de que las compartan para ayudar a los que están partiendo.

Acción Solidaria tiene una malla formativa y ofrece talleres online sobre cómo consolidar un equipo, cómo fortalecer una organización, cómo institucionalizar una organización. Muchos se han dado cuenta de que pueden hacer más y están pensando en formalizarse. “De una olla común vamos a tener a futuro una fundación que va diversificar su propuesta de ayuda de acuerdo a los desafíos que enfrenten sus comunidades”, finaliza el psicólogo que lidera esta iniciativa del Hogar de Cristo.

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