“Los estudiantes que ingresan a la carrera de trabajo social son jóvenes que tienen mucha ilusión de poder ayudar a las personas y de transformar el mundo. Son estudiantes mucho más empoderados y comprometidos con la tolerancia y la diversidad”, señala este profesor de la Universidad Central.
Por Valentina Miranda G.
Desde hace ya varios años la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central viene realizando un trabajo en conjunto con Acción Solidaria, que le ha permitido que sus estudiantes –de trabajo social y otras carreras– realicen pasantías o prácticas intermedias en algunas de las 150 organizaciones que integran la comunidad de Acción Solidaria.
Además, el año pasado se realizó la primera feria solidaria en la universidad con la participación de distintas organizaciones de la sociedad civil, cuyo objetivo fue vincular a los estudiantes con estas entidades y motivarlos para participar como voluntarios o para hacer sus prácticas en alguna de ellas. Fue tal el éxito, que en abril pasado se realizó una segunda versión.
El artífice de esta iniciativa es el trabajador social Hugo Covarrubias (46), encargado de práctica profesional y egresados de esta carrera en la UCEN, quien desde la época del colegio tuvo interés por la ayuda social, como dirigente estudiantil, participando en los voluntariados y estando a cargo de la eucarística del colegio.
“Eso me llevó a estar muy cerca del ámbito social y por eso quise estudiar trabajo social. Es la carrera que ha logrado llenar todos los espacios de mi vida, tanto desde el ámbito profesional como personal”, señala.
TEMAS EMERGENTES
Covarrubias ingresó a la universidad en 1998 y lleva 13 años trabajando en la Universidad Central. Desde esa época hasta hoy ha sido testigo de importantes cambios en la carrera, que no son más que el reflejo de la evolución de la sociedad.
“Las mallas curriculares de trabajo social son muy heterogéneas y van cambiando en función de los desafíos de la profesión y de las nuevas realidades. Hoy día tenemos muchos temas emergentes, como por ejemplo la diversidad, el feminismo, las nuevas masculinidades, la migración, el nuevo pacto social, cómo se ve hoy día la pobreza multidimensional, una sociedad que está envejeciendo y con baja tasa de natalidad. Las mallas se van adaptando a estos desafíos”.
– ¿De qué manera ha impactado la masiva llegada de inmigrantes en el trabajo de estos profesionales?
– Nos influyó mucho que haya llegado una ola tan rápida de inmigrantes, los haitianos en su momento y los venezolanos ahora. Nos hemos tenido que ir adaptando y acoplando a las necesidades de estas personas, considerando su cultura, sus costumbres, valores, distintas formas de crianza, comidas. Ha influido en el área de intervención, planificación e investigación.
– En la presentación de la carrera en la página web de la universidad se dice que el profesional UCEN se caracteriza por destacar en las áreas de intervención social. ¿A qué se refiere esto?
– Los estudiantes UCEN salen con un dominio de intervención social, planificación y gestión, e investigación social. En el ámbito de la intervención están capacitados para hacer propuestas, prevención, intervenciones terapéuticas y trabajo comunitario, con familias, en grupo, trabajo con todos los modelos.
– ¿Cuál es el perfil de las personas que ingresan a la carrera?
– Son jóvenes que vienen con mucha ilusión de poder ayudar a las personas, de transformar el mundo. Muchos vienen con temas más personales, de haber sufrido discriminación, y no quieren que le ocurra lo mismo a ningún otro grupo, por lo tanto son estudiantes bien comprometidos. En general, hoy tenemos un profesional más comprometido con la ciudadanía, con la tolerancia, con la diversidad, que son temas que han surgido en el siglo XXI. Son estudiantes mucho más empoderados.
FERIA SOLIDARIA
Hugo Covarrubias conoció al equipo de Acción Solidaria hace como 10 años y a partir de ese momento se generó un vínculo que ha permitido que esta red de organizaciones pueda difundir lo que hace, al mismo tiempo que los estudiantes han podido realizar sus prácticas o ser voluntarios en ellas. Durante la pandemia, por ejemplo, varios de ellos participaron en las ollas comunes de la red de Acción Solidaria, generando un impacto muy positivo en los jóvenes.
Gracias a las dos ferias solidarias realizadas hasta ahora en la sede central de la universidad, las que han sido visitadas por cerca de 150 estudiantes de distintas carreras, unos 15 alumnos ha realizado sus prácticas y otros 30 se han inscrito como voluntarios.
La universidad tiene interés en seguir potenciando este vínculo, por lo que organizará una tercera feria en el segundo semestre de este año, con la participación de más organizaciones. La idea es que sea un evento continuo con Acción Solidaria.