La vicepresidenta de la oenegé Acción Diversa siente que Boric está al debe con la comunidad disidente. “En la cuenta pública ni siquiera se mencionó lo que se ha hecho o se piensa hacer en temas de diversidad y tampoco se habló siquiera de recursos”, dice esta trabajadora social trans que será una de las invitadas a Hora de Conversar el miércoles 28 de junio, Día del Orgullo Gay.
Por María Teresa Villafrade
Hasta diciembre pasado, Samantha Azócar (47), vicepresidenta de la ONG Acción Diversa, era la coordinadora de la Oficina de la Diversidad de la Municipalidad de El Bosque. Ella participó en su implementación con todas las ganas de acercar los beneficios sociales a las personas trans como ella, pero que son de la periferia y viven en extrema precariedad y vulnerabilidad.
“Allí me di cuenta que para el municipio fue solo un saludo a la bandera porque no apoyaron ninguna de las iniciativas como se debía. Se suponía que debíamos ser una trabajadora social y un psicólogo, pero éste nunca llegó. Yo debía atender necesidades sicosociales y me tenía que hacer cargo de la salud mental de las personas sin tener conocimientos para eso. Llegaban niños de 11 a 15 años con ideación suicida, al menos una vez a la semana, a causa del bullying que sufrían en sus casas o colegios debido a su identidad de género”.
Ella misma lo vivió en carne propia desde los 12 años cuando la castigaban por usar ropa que no reflejaba el sexo que tenía, e incluso sufrió de bullying de parte de algún profesor en la Universidad San Sebastián, donde estudió su profesión y sacó su licenciatura.
“Era impensable que una mujer trans fuera trabajadora social, porque era pedófila, prostituta… Yo debía cargar con todos los sesgos sociales sin que siquiera me conocieran. Incluso, al finalizar la carrera, un profesor nos dijo que todos éramos trastornados si pensábamos que íbamos a cambiar el mundo, pero que la más loca era yo si creía que iba a encontrar trabajo algún día”, recuerda.
Hoy se define como una persona histórica dentro del movimiento, un auténtico referente para muchas, “validada y reconocida por las organizaciones de la vivencia sexo-género a nivel país”, dice.
Para el Día de la Mujer, fue una de las 10 lideresas sociales homenajeadas e invitadas a La Moneda, por la ministra Camila Vallejo. “Se me invito por liderar espacios de transformación social desde la nada. La autogestión y la voluntad son nuestros motores”, recalca.
COMERCIO SEXUAL: ÚNICA SALIDA
Hace dos años, un grupo variado de profesionales se articularon como ONG Acción Diversa para ayudar desde el punto de vista jurídico y legal a personas trans.
“Hiro, un compañero mío en la Universidad San Sebastián, que es no binario, fue quien me dijo que teníamos que hacer algo porque no era posible que por falta de lucas las personas trans no tuvieran acceso a la justicia, al trabajo, a la educación”, explica.
El presidente de la ONG, Rodrigo Ibarra, es abogado y dona de su tiempo y trabajo ya que la entidad no recibe subvenciones de ningún tipo. Lo mismo hace el resto de los profesionales: psicólogo, psicopedagogo, profesores y trabajadores sociales, como ella.
“Estamos cumpliendo una labor que básicamente el Estado no está haciendo. Si bien es cierto contamos con redes de apoyo como es la Red Diversa de distintos municipios, ésta depende del lineamiento de cada Oficina de la Diversidad”.
Samantha explica que hay territorios muy vulnerables, en extrema precarización, que están quedando fuera de estos beneficios sociales porque no están dentro de los planes de las oficinas de la diversidad municipales.
“Nadie está llegando a esas poblaciones objetivo, extremadamente vulnerables, en especial la población trans que vive historias de violencia, falta de oportunidades, exclusión educativa y que a lo único que ha podido acceder es al comercio sexual para sobrevivir”.
Cuenta con dolor la realidad que viven mujeres trans adultas mayores que hoy están enfermas y no pueden ejercer el comercio sexual.
“Hoy necesitan del asistencialismo para poder parar la olla, acceso a comida y acompañamiento. Estas chiquillas tienen problemas de salud tremendos, han tenido infartos cerebrales debido a las hormonas que se pusieron de forma indiscriminada; al uso de silicona industrial y polímeros, que hoy les impiden moverse. Necesitan que las lleven al médico”.
UN ÚNICO CUPO LABORAL TRANS
La trabajadora social señala que hay muy pocas instituciones que hayan abierto un cupo laboral trans y agrega: “La realidad económica es muy diferente cuando tienes un sueldo que cuando produces ingresos por comercio sexual”.
Existe un alto número de mujeres trans que no tiene su enseñanza básica completa y necesitan que les entreguen herramientas de integración.
“También necesitan apoyo sicosocial, porque la mayoría tiene problemas de salud mental. Sus historias de vida han sido desde el desapego familiar apenas manifiestan su identidad de género. Y, desde la violencia, impidiendo su desarrollo humano. Hay problemas en todos los sistemas y subsistemas sociales, desde el vínculo, la adherencia y cómo reaccionan frente a la dificultad de una manera que no sea violenta. Por eso las vinculamos con las redes de apoyo que tenemos tanto en educación como en salud y desde lo laboral”.
Samantha es apoderada de cuatro mujeres trans mayores de 50 años que están terminando su quinto básico.
“En la Municipalidad de Santiago, se difundió con bombos y platillos un cupo laboral trans que no es verídico, porque se inserta dentro de la OMIL (Oficina de Información Laboral) donde hay ocho mil personas esperándolo, de las cuales cuarenta son personas trans esperanzadas”.
Para ella es fundamental que existan empresas capacitadas y con la voluntad de abrir sus puertas a la comunidad trans. Pero antes, “tienen que entender qué es ser travesti, qué es ser trans en este país. No puede ser que los únicos trabajos disponibles sean hacer aseo para las mujeres trans y guardias de seguridad para los hombres trans”.
NO MÁS LGBTQA+
Es una convencida de que dentro del paraguas de la diversidad, la comunidad trans es de las más precarizadas, por no tener opciones de armar una familia ni de ser parte de la sociedad, ni poder decidir qué ser y hacer en la vida.
“Estamos en el Mes del Orgullo Gay, pero es complejo porque han sido bien pocos los avances en las políticas sociales y públicas en este aspecto. El gobierno fue mucho lo que prometió y poco lo que ha cumplido en la práctica. Para ser honesta, como comunidad disidente, sentimos que este gobierno está al debe. En la reciente cuenta pública ni siquiera se mencionó lo que se ha hecho o se piensa hacer y ni siquiera se habló de recursos”.
Samantha afima que a las periferias no ha llegado nada. Allí sólo hay hambre y policonsumo, lo que obstaculiza cualquier proceso de integración, tema que a nadie le está importando. “Si bien existen estas Oficinas de la Diversidad, como te decía, no hay lineamientos específicos ni profesionales como psicólogos”.
También habla de las familias de las personas diversas que son completamente invisibilizadas.
“No somos solamente nosotras, nosotros y nosotres, pertenecemos a una familia que está invisibilizada en todo lo que es salud mental. Cuando una madre tiene un hijo, un padre o un hermano de la disidencia, siempre van a decirles que son la madre del maricón, el hijo del maricón, el hermano del maricón. La gente no tiene idea del tipo de identidades de género y orientaciones sexuales. Por eso ya no usamos la sigla LGTBQA+ sino que hablamos de Diversidad Sexogénero, tampoco hablamos de minoría sino de disidencias, porque eso es lo que somos”, aclara.
Lo que están pidiendo a gritos es que el Estado se haga cargo.
Hace poco, ella se reunió con la Ministra de Salud, Ximena Aguilera, quien se comprometió a ampliar y mejorar los programas de apoyo a la identidad de género (PAIG).
“La lucha que estamos dando es para que ´Chile crece con orgullo´ sea implementado en todos los hospitales. Hoy es triste darse cuenta que somos no más de cinco las mujeres trans que estamos en círculos de poder donde nos estamos validando a través del conocimiento para exigir futuras políticas sociales y públicas. Por eso como ONG estamos trabajando con el Gobierno Regional Metropolitano hace un año en esos temas, entendiendo que como fenómeno emergente llegamos para quedarnos”.
Samantha Azócar está invitada al próximo Hora de Conversar del 28 de junio, Día Internacional del Orgullo Gay, junto a la diputada Emilia Schneider y a la directora de Personas de Hogar de Cristo, Francisca Correa, quien contará del programa Inclusive dentro de la fundación. Agéndala aquí.