Más que un comedor, esta fundación de Viña del Mar busca que las personas desde distintos ámbitos de vida se encuentren y compartan una comida vegetariana gratis en igualdad de condiciones. Conversamos con su fundadora, Guru Updesh Kaur, que significa “encargada de difundir la palabra de Dios”.
Por María Teresa Villafrade
Hace 11 años comenzó a funcionar Langar Manos y Corazones para dar alimentos a personas en situación de calle, pero su fundadora, Guru Updesh Kaur, lleva más de dos décadas haciendo voluntariado.
“Es algo que me nació de manera natural, yo salía con un termo y con sándwiches y les ofrecía a todos los que veía estaban en extrema fragilidad: un adulto mayor, una persona pobre o en situación de calle. Hasta que un día quise ofrecer un almuerzo para 15 personas y después llegaron 20, 30, 80, 100 y ya vamos en las 150 personas”, resume contando el momento en que partió oficialmente Langar Manos y Corazones.
-¿Qué significa Langar?
-Langar viene del sijismo: es una cocina comunitaria que sirve comida vegetariana gratis a todos los visitantes. Yo conocí ese término cuando hacía yoga años atrás, es un término internacional y significa compartir comida vegetariana entre todas las personas, sin importar tu etnia, tu religión, tu riqueza. Que un joven que trabaja en el retail se siente al lado de una persona en situación de calle, sin importarle si está pasado a alcohol o a drogas, pero que sean capaces de compartir un plato de comida en total igualdad.
Actualmente Langar Manos y Corazones está integrado por 10 personas, de las cuales tres están dedicadas a la cocina y los demás hacen voluntariado de acuerdo a su disponibilidad. “Generalmente llega mucha gente a cooperar, lo intentan y algunos se quedan el camino”, explica.
SUDOR Y LÁGRIMAS
En sus inicios, el comedor comenzó funcionando en la parroquia ubicada frente a la Quinta Vergara, pero después les pidieron el espacio y tuvieron que arrendar en una sede social. Eso aumentó mucho los costos y se les hizo muy difícil continuar con esa modalidad de arriendo.
Gracias a sus redes y contactos, encontraron un lugar en Forestal Bajo que habilitaron con mucho esfuerzo como la nueva cocina de la fundación.
“El 19 de diciembre de 2024 inauguramos la nueva cocina que nos costó sudor y lágrimas. Desde allí salen nuestros almuerzos, cenas o desayunos y a veces, las tres comidas dependiendo de los aportes. Las llevamos hasta la Plaza de Viña, muy cerquita de la Quinta Vergara donde transita mucha gente. Llegan adultos mayores que no tienen cómo llegar a fin de mes con sus pensiones, los amamos”.
Del Hogar de Cristo primero conocieron la hospedería mixta que opera en Valparaíso y a su jefatura, Daniela Moreno. Luego entablaron contacto con Acción Solidaria a través de su coordinadora en regiones, Claudia Ahumada, quien los invitó a sumarse a la red.
-¿Qué esperan al pertenecer a la red de Acción Solidaria?
-Que nos ayuden a capacitarnos y a lograr difundir más nuestra labor para contar con personas que nos aporten con verduras y frutas que necesitamos. Acción Solidaria tiene experiencia y nosotros sabemos cocinar, pero no sabemos cómo obtener recursos. Suena feo andar pidiendo. Hace poco llegó de Estados Unidos un señor que es considerado un santo allá en su tierra y tiene un Langar allá. Vino a ayudarnos y no sé cómo difundirlo. Nosotras nos hemos preocupado más de cocinar que de darnos a conocer.
-¿Cuáles son las necesidades más apremiantes?
-Principalmente de verduras, porque tenemos mercadería suficiente para unos meses. Usamos un saco de cebolla diaria, un saco de papas cada dos días, 40 kilos de zapallo día por medio, 15 ajos diarios, 10 pimentones diarios, 259 frutas diarias, un cajón de tomate diario. Necesitamos ayuda en todos esos productos, aunque sea un kilo que nos regalen, todo nos ayuda.
-También necesitamos movilización para transportar las comidas desde Forestal Bajo hasta la plaza, que son como 10 cuadras pero son en subida, no lo podemos llevar así porque hay que llevar no solo la comida, también mesas, ollas, termos, todo eso cuesta mucho llevarlo de un lado a otro. Necesitamos voluntarios para el transporte que pueden irse turnando.
Guru Updesh Kaur lleva en el alma este voluntariado y asegura que “por mis venas corre pimienta y cúrcuma” de todo lo que entregan a diario a las personas más necesitadas de la Ciudad Jardín.
Invitamos a los que quieran colaborar, primero a conocer el Langar y además, a aportar. Aquí les entregamos los datos de transferencia y contacto: